La dependencia emocional, al igual que otro tipo de dependencias como las drogas, alcohol, el juego, la comida… es una ADICCIÓN, es un ENGANCHE TOXICO E IRRACIONAL que podemos tener, pero en este caso, ese enganche es hacia una persona. Una persona. en la que hemos depositado la llave de nuestra felicidad, y que sin embargo, solo acaba siendo fuente de sufrimiento, angustia y malestar emocional.
Es un enganche tóxico para nosotros porque sufrimos, lo pasamos mal y nuestra vida se convierte en un puro malestar. Y es un enganche irracional porque, aunque sabemos que no nos conviene nada estar así, no encontramos la fuerza necesaria para salir de esa situación.
Aunque la dependencia emocional se puede dar con amigos, madres, padres… mi campo de trabajo son las relaciones de pareja y cuando hablo de dependencia emocional siempre me refiero al enganche que se da entre dos personas que están en una relación de pareja. Estas personas. sabiendo que esa relación les está haciendo perjudicando y son infelices en ella, no se sienten capaces de terminar y continúan, a veces años, haciéndose daño mutuamente, perdiendo así un tiempo precioso de sus vidas que podrían estar invirtiendo en relaciones más satisfactorias, placenteras y nutritivas.
Las relaciones de dependencia emocional suelen ser relaciones en las que o ya no hay amor, o ya no podemos ser nosotros mismos. También suelen ser relaciones que nos coartan, donde no tenemos los mismos valores, o relaciones en las que hay faltas de respeto y/o malos tratos
La dependencia emocional tiene diferentes grados o niveles y puede ser más leve o más fuerte. Lo más importante es tener en cuenta que de la dependencia emocional se sale. El primer paso ya lo estás dando. Ese primer paso es tomar conciencia de lo que estás pasando en tu relación tienen un nombre y se llama dependencia emocional.
Cuando hablamos de una relación de dependencia emocional es muy común que salgan términos como:
Autoengaño: No queremos ver la realidad de la relación tal cómo es, solo vemos una distorsión de la realidad. Nos hacemos nuestra propia película y vivimos en ella, ajenos a la auténtica situación. No queremos ver la realidad porque creemos que el dolor sería insoportable, aunque a nuestro alrededor todo el mundo lo vea claramente. Todos lo ven menos nosotros mismos.
Idealización: Nuestro cerebro trata por todos los medios de protegernos del sufrimiento y por ello trata de recordar solo lo bonito. A veces incluso se lo inventa o lo exagera y nos hace vivir en una fantasía, como si fuese una realidad paralela.
Dudas: En una relación de dependencia emocional surgen las dudas. A veces tenemos la claridad suficiente para ver la situación tal como es y pensamos que lo mejor sería dejar la relación pero otras veces pensamos que estamos locos por haber pensado eso. Esta situación es muy desgastante si la mantenemos en el tiempo y puede dañar nuestra salud. Piensa que si estuvieras bien nunca dudarías si dejar o no la relación. Las dudas nos indican que hay algo que solucionar.
Recaídas: Muchas relaciones se convierten en relaciones de idas y vueltas infinitas que terminan desgastando la relación por completo.
No poner límites: para que no nos dejen de querer o nos abandonen perdemos nuestra propia voz, nuestra identidad. Nos vamos adaptando a la otra persona, perdiéndonos a nosotros mismos y muchas veces aislándonos de nuestro entorno.
No aceptar al otro tal como es: Nuestra pareja no nos gusta por ser tal cómo es, necesitamos que cambie para poder encajar, para poder estar a gusto y esto puede dañar profundamente su autoestima si no sabe poner los límites necesarios.
Normalizar actitudes injustificables: Largos silencios, gritos, insultos, celos, control, faltas de respeto, malos tratos… aparecen en las relaciones de dependencia emocional.
Necesidad de la otra persona: Creemos que nuestra vida sin esa persona es imposible, nos moriremos si no estamos con ella pero esto no es así. El objetivo de las relaciones sanas es compartir no necesitar.
Obsesión/celos: Los casos más graves de dependencia emocional pueden tener todo el día a esa persona en la cabeza, dando vueltas, obsesionarse con ella, donde estará, con quién, vigilarla, «stalkearla» en las redes sociales.
Ansiedad, malestar, sufrimiento : son sensaciones muy comunes cuando se está en una relación de dependencia emocional. La felicidad y el bienestar brillan por su ausencia.
La mejor parte de la dependencia emocional es que pone de manifiesto nuestras carencias emocionales y permite que seamos conscientes para así poder hacer un trabajo interno y aprender más de nosotros mismos y de cómo podemos seguir creciendo emocionalmente día a día.
Si crees que estás en una relación de dependencia emocional y no te ves capaz de salir de ella por ti mismo/a contacta conmigo https://coachingplanbe.com/contacto/ . Estoy aquí para ayudarte a superarla y salir reforzado/a de esta situación. Volverás a sonreír y conseguirás una mejor relación con la persona más importante de tu vida. ¡Tú mismo/a!
Si quieres saber más, mira este vídeo https://youtu.be/3XXktuul_ao